Hay canciones que no solo se escuchan, se sienten como si alguien las hubiera escrito justo para ese momento que no sabes cómo nombrar. “The Maze” de Black Iris es una de ellas.
The Maze acompaña esos momentos donde todo da vueltas y empiezas a cuestionarlo todo: tu proceso, tu fe, tu identidad. Cuando nada parece estable, cuando te sientes fuera del molde y el mundo insiste en corregirte.
Es perfecta para quienes ya entendimos que la sanación no es lineal —que a veces se trata de pasadizos, resbalones y rutas alternas. Y no porque lo hagamos distinto quiere decir que esté mal: solo significa que vamos a nuestro propio ritmo.
La letra no pide permiso para decir lo que duele: habla del cansancio de tener que justificarte todo el tiempo. De sentirte infantilizada/o, como si fueras un problema que hay que arreglar. De buscar sentido fuera de lo que te impusieron.
De dejar atrás la ingenuidad, no porque la hayas perdido, sino porque decidiste pensar por ti misma/o/e.
No es drama, es madurez.
No estás colapsando. Estás despertando.
Y a veces, crecer también se siente como perder el piso.
Ahí es donde The Maze conecta. Porque no todos los laberintos son errores. A veces perderte un rato es la única forma real de encontrarte. The Maze no es solo un track; es una etapa. Un espejo. Una emoción difícil de explicar. Una mano extendida que te dice: esto también cuenta como avanzar.
Y entonces, cuando ya estás adentro del mensaje, te das cuenta de lo bien construido que está todo. El track destaca por su combinación poderosa de texturas atmosféricas y ritmos dinámicos.
Los sintetizadores en capas construyen un paisaje sonoro casi cinematográfico, mientras los beats marcan el paso con precisión. La producción es limpia, clara, y le da espacio a cada elemento para evolucionar a su propio ritmo —como si la canción misma entendiera que todo proceso necesita aire para respirar.
Black Iris —desde Dublín pero con el alma repartida por el mundo— es un colectivo musical que fusiona pop, rock, electrónica y hasta vibes de videojuegos. Aunque comenzaron en 2022, ya tienen muy claro cómo construir una identidad sonora con profundidad, emoción y claridad.Y si con esta rola ya lograron tocarnos tan de cerca…
Nosotrxs, por lo pronto, ya decidimos quedarnos un rato en el laberinto con ellxs.